28 dic 2010

Lo que hemos sido



Quedaría como el título de una peli cursi hablar de lo que hemos sido o de cuánto nos hemos dado. No se pueden contar las hojas secas que hemos rescatado del suelo del parque para ocupar una maleta antigua, reutilizada, casi salvada al borde de su destrucción, unas jaulas que han ido perdiendo barrotes y distintos espacios que han otoñecido a la vez que iba llegando el frío y nos acercábamos más a los guantes y la bufanda.

Podríamos decir que ésta ha sido la historia de un café con leche y un té en leche (infusionando) cualquier tarde de otoño en Córdoba. También de muchas cervezas y abrazos post-poéticos-fotográficos-pictóricos, muchas llamadas, emails y viajes sur-norte/ norte-sur pero también Vallellano-Cañero, Cañero-Casa de la Juventud, Vallellano-Judería... Y seguiríamos... Porque hemos cargado perchas, hemos llevado el plotter a cuestas y nos hemos dado a una causa creada a la medida de muchos pero, sobre todo, a la nuestra.

Otoñeces ha sido una verdadera experiencia estética, eso sí, compartida y tremendamente cotidiana. A veces ha sido tan difícil como ser padres primerizos. Otras, tan satisfactoria como para no parar de reír en años. También ha habido fiebres y llantos, gritos, insomnio, chismes...
Y todo ello nos ha hecho otoñecer como nunca habríamos imaginado.

A todos los que habéis formado parte de esta aventura, muchísimas gracias. Gracias por haber creído en la poesía, el otoño, en esta locura tan cuerda e intrépida. La hemos hecho entre todos, se ha ido configurando día a día, paso a paso, como quien aprende a andar. Nosotros hemos tenido que aprender a otoñecer. Y, una vez otoñecidos, hemos tenido que ser conscientes de que los pies comenzaban a quedarse helados una tarde en el patio y que nos metía prisa el frío y llegaban las bufandas... Le hemos dejado paso al invierno (que no a 'Invierneces'). Ahora, nos disponemos a hibernar.

Antes de ello, queríamos daros las gracias a todos los que habéis conformado nuestras redes otoñales, a los que se han enfrentado al micro, a la pared de un patio, al café, a los dulces, al transporte del equipo, a la impresión del material otoñal, a cámaras de fotos, a niños lanzándose al escenario a la conquista de un poema, a las señoras mayores del mercado, a los maniquís y otras figuras inanimadas, a las cervezas y vermús post-recitales, a los zapatos y el camino, a la luz en las afueras, a los viajes hacia el amor (con un billete de ida o de vuelta), al lenguaje de signos (que también es poesía), a las hojas secas/sueltas, a las meriendas, los mosaicos, las bufandas... A los que habéis seguido el recorrido otoñal que proponíamos entre lugares más o menos comunes y versos (también fotos).

Gracias por creer en Otoñeces, por otoñecer con nosotros.

¿Que ahora qué? El frío, el año nuevo... Y los amigos, los cafés, las cervezas, las risas, los versos, las fotos... Todo ello son abrazos otoñales. Y abrigan, abrigan mucho más que algunas bufandas.

***

2 dic 2010

Que el otoño llegue al final...

Era algo inevitable, algo que tenía que pasar, aunque luchemos contra las condiciones atmosféricas y nos empeñemos en seguir otoñeciendo y ver cómo anochece en el patio del Soul Food, todo cubierto de hojas secas, mientras los pies se quedan como cubitos de hielo. Y nos acatarramos. Y está bien acatarrarse por Otoñeces pero... El invierno está ahí, casi a la vuelta de la esquina, y, pese a que ya nos lo han sugerido algunos, no tenemos ningún interés en que Otoñeces se convierta en 'Invierneces', que los otoñales somos más de braserito y manta y chocolate caliente y castañas asadas.

Por eso, vamos a hacer que nuestra última cita sea muy especial. Se trata de una apuesta fuerte, un gran cartel y, aunque hemos tenido problemas con el espacio y nos hemos visto obligados a mudarnos, otoñeceremos como de costumbre.

Sábado 4 Diciembre
17.30 horas
Salón de Actos de la Delegación de Cultura
(C/ Capitulares, frente al Ayuntamiento)
Con Eduardo García, Rafael Antúnez y María González
y la intervención en el espacio de Nona León y Rosario Villajos


No nos vais a faltar ahora, ¿no?